jueves, 25 de noviembre de 2010

Si lees este blog es porque tiene algo diferente. Que es malo, malo, malo…

Muy buenas noches a unos y muy buenos días a otros,

Empiezo el post de hoy con mucha calma y tranquilidad, y es que, el día de hoy ha sido eso, tranquilo y calmado.
Después de unos días con mucha acción, me ha tocado disfrutar de 24 horas sin sobresaltos. Eso sí, lleno de cosas muy positivas.

Primero de todo, he desayunado unas galletas con tropezones de chocolate acompañadas de un gran vaso de leche fresca (fresca porque estaba fría). Un desayuno dulce, dulce, dulce.
Después, he ido a contemplar un árbol esperando a ver si alguna hoja se caía, pero nada de nada.

Así que, aburrido hasta las cejas, he decidido meterme en la cocina.
Me apetecía cocinar algo grande y complicado. Demostrar que, aunque sea un pseudomanco, todavía sé cocinar a las mil maravillas.

He navegado por Internet y he puesto en Google: “Recetas de cocina muy difíciles” (reconócelo, ¿a que alguna vez le has preguntado a Google algo bastante estúpido? Yo siempre). El resultado ha sido muy interesante: Desde Pastel de Higo Destapado, pasando por Lomos de pescadilla con mejillones al vapor, hasta Receta de conejo a la Caponata. ¿El elegido? Hamburguesa de Garbanzos.

Recordemos que mi mano derecha ha estado y estará, al menos en las próximas semanas, como espectadora de todo, y hoy no iba a ser menos.

Mmmmmmmmm, Hamburguesa de Garbanzos. Sólo por el nombre ya te la comes.
Tenía pinta de ser un plato sencillo. Tan sencillo como coger unas hamburguesas crudas del super, mezclarlas con garbanzos chafados y a la plancha. ¡Pues no!

Supuestamente, la receta tenía que llevar los siguientes ingredientes:

• 500 gr de garbanzos
• 100 gr de lentejas
• 100 gr de sémola de trigo duro
• 2 dientes de ajo
• 1 cucharadita de comino
• 1 cucharadita de cilantro
• pimienta de Cayena
• 2 cucharadas de zumo de limón
• sal y pimienta
• harina de garbanzos
• aceite para freir
• 1/4 litro de vino blanco
• 1 diente de ajo
• 4 cucharadas de pasta de sésamo
• 1 manojo de perejil
• zumo de limón
• 1 lechuga de hoja de roble (vale cualquier otra)
• 2 tomates
• 1/4 de pepino

¿Era una broma? Señores cocineros, ¿qué es esto? ¿Un plato de comida o cómo preparar una bomba casera al estilo ETA?
Es decir, que en una simple hamburguesa de garbanzos también hayan lentejas, ¡manda huevos! (y la ensalada ya está lista). Señores del ABC (la receta es de allí), ¿qué parte de la palabra hamburguesa no entendéis? Pero si parece la lista del super.
Qué digo lista del super, creo que esta receta es lo que se llevan los astronautas al espacio para alimentarse durante un año. Vino, zumo, perejil, tomates… es la iDietaMediterránea Nano.
Mira, mira, mira, me como algo así, y se me estaría repitiendo la hamburguesa todo el día, repitiendo la hamburguesa todo el día, repitiendo la hamburguesa todo el día, repitiendo la hamburguesa todo el día.
Supongo que, más allá de intentar hacer gracia con mis críticas, querrás saber qué relación tiene mi post de hoy con mi mano izquierda y cocinar.
Mucho, o nada, depende de cómo lo mires.

Y es que, la hamburguesa la he cocinado con la mano izquierda, pero no ha influido demasiado en su resultado. Sorry,

Lo único que he hecho ha sido, además de cocinar la hamburguesa, ponerle los garbanzos por encima y golpearla con la mano izquierda.
Con eso he conseguido dos cosas. 1. Introducir los garbanzos en la hamburguesa. 2. Deconstruirla. ¿Resultado? Una hamburguesa de estrella michelin.

Piensa que hay gente que paga mucho por comer algo así, y yo, con mi talento y creatividad, he conseguido elaborarlo en mi cocina.
¿Y por qué no lo he colgado en Ideas Imposibles? Pues porque de imposible no tiene nada. Tú también lo puedes hacer. Es tan fácil como comprar la hamburguesa, echarle garbanzos por encima e imaginarte que es tu jefe. Puño, puño, patada, codazo. Puño, puño, patada, rodillazo en los huevos.

Luego, cuando he servido el plato en la mesa y mi padre lo ha probado… Se le han abierto los ojos como platos, se ha encogido de hombros, ha emitido un sonido gutural bastante repetitivo y por último, ha caído al suelo desplomado.
¿Envenenamiento? No señores, he confundido los garbanzos con somníferos.
Ya, ya, ya, garbanzos con somníferos. ¡Pues sí!
Resulta que, durante la preparación, me he hecho un pequeño corte en el dedo índice. Al mismo tiempo, estaba intentando abrir un bote de garbanzos, así que, para no perder el ritmo, he decidido seguir con el intento de abrir el bote mientras me dirigía al botiquín.
Al abrir el botiquín, he apoyado el bote en la segunda estantería para coger una tirita, y al terminar de ponérmela y sin fijarme, he cogido un bote muy parecido al de garbanzos, pero lleno de somníferos.

¿Ya? ¿Suficientes explicaciones? Todo el mundo comete errores y más si sólo funcionas con una mano.

Si alguien está preocupado por el estado de mi padre, sólo deciros que sigue durmiendo. Es más, sigue roncando tan profundamente que he tenido que atar los muebles con clavos de lo hondo que está respirando.

Al final me he comido unos ganchitos acompañados con pan duro. Una auténtica delicia.

Por eso, si eres director creativo y te da mucha pena esta historia y consideras que ha sido la peor de todas las que has leído, perdona, pero es que mi vida no es un circo y no siempre me pasan cosas súper locas. Así que, si quieres que me pasen, contrátame, que al menos la vida en agencia es tan surrealista que en vez de escribir en un blog, me iría a Buenafuente a contarlo. O mejor todavía, me presentaría al casting de Walker para sustituirlo.

Me voy a preparar la presentación de mañana.

Un gran saludo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario